La motivación es el énfasis que ponemos al realizar determinadas tareas o actividades. Una motivación alta y duradera es vital para ayudarnos a conseguir todo aquello que nos proponemos, sobre todo a la hora de estudiar.
Si eres de los que ya no tiene ánimo de ir a clases seguramente te encuentras en un estado de apatía. La apatía es aquella que impide realizar o participar en actividades externas; en pocas palabras te sientes desmotivado o desganado.
Pero ¿Cuál es el motivo de la falta de motivación para estudiar en niños, jóvenes y adultos?
Los motivos para tener este tipo de conductas son variados y pueden ser de origen intrínseco o internas,como por ejemplo: desagrado por el tema o la materia a estudiar.
También, puede ser causado por variables extrínsecas, como estar pasando por alguna situación que te impida concentrarte.
Independiente de la situación económica, familiar o social por la que estés pasando es importante que ¡No te desanimes!.
Sé que a veces no es sencillo ni fácil y aunque suene cliché, recuerda que eres el arquitecto de tu propia vida, ¡Solo tú puedes configurar tu destino! Y haciéndole frente a las adversidades, es que tu podrás lograr las metas propuestas.
Si este es tú caso, detente a meditar y encuentra las principales razones para automotivarte para estudiar, ser más productivo y alcanzar el éxito.
En este nuevo post les hablaré sobre... Tips para automotivarse para estudiar.
Tips para automotivarse para estudiar
Este es nuestro nuevo tema en el Blog
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Lo primero que vamos a ver hoy es el concepto de Motivación.
La Motivación es aquello que mueve al ser humano en la búsqueda de satisfacer sus necesidades (fisiológicas, de seguridad, sociales, de estima y de autorealización). Es un impulso interno, muy particular en cada individuo que lo empuja hacia el logro de una meta específica.
La importancia de la motivación en el estudio
Al igual que la mayoría de actividades o acciones que realizamos las personas, la motivación es el motor que hace que estas actividades se lleven a cabo de manera satisfactoria.
Esta motivación puede ser tanto intrínseca, cuando hacemos algo por el mero placer de hacerlo; o extrínseca, cuando lo que nos motiva es la consecución de una recompensa externa.
Asimismo, la motivación también puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. En algunas ocasiones las diferentes situaciones por las que pasamos en nuestro día a día condicionan nuestro estado de ánimo y por lo tanto esto afecta también a nuestra motivación para realizar determinadas tareas, incluyendo los hábitos de estudio.
Por ejemplo, un día podemos despertarnos muy motivados para estudiar, tenemos la intención de pasar el día en la biblioteca y nos sentimos llenos de energía. Sin embargo, durante el desayuno nos dan una mala noticia. Lo más seguro es que nuestro estado de ánimo decaiga, decaiga por lo tanto la motivación y se nos quiten las ganas de ir a estudiar.
Además, los hábitos de estudio, como muchas otras actividades, es necesario comenzar desde un punto de partida, una planificación y una metodología con la cual guiaremos nuestro trabajo. Por último, y como es obvio, necesitamos de un objetivo, una meta por la cual hemos decidido comenzar a estudiar.
Habitualmente, nuestras estrategias de motivación para el estudio están condicionadas por nuestra percepción de la materia o asignatura, o de las tareas que tengamos que realizar para estudiar. Por ejemplo, seguramente no percibiremos igual estudiar para una materia con mucho material teórico que para otra que sea más práctica.
A continuación te comparto una serie de consejos. Siguiendo estos pequeños pasos, poco a poco se convertirán en hábitos y tu rendimiento académico mejorará notablemente.
Tips para automotivarse para estudiar
1. Establece pequeñas metas
Nada ganas con querer dominar todo un compendio de temas en poco tiempo. Detente un momento a pensar que es lo que necesitas dominar o aprender y has un plan de estudio.
Comienza desde el principio, de lo simple a lo complejo; no importa si crees que ya lo sabes. Si te acostumbras a establecer prioridades, ahorrarás tiempo y podrás planificar tu plan de acción para llevarlo a cabo exitosamente.
El establecimientos de pequeñas metas u objetivos en aquellos momentos en los que el material de estudio o trabajo sea de gran volumen **nos ayudará a sentirnos realizados y por lo tanto a mantener nuestra motivación alta.
2. Elabora un plan de estudio y cúmplelo.
Un proverbio conocido reza que: “el hábito hace al monje”; si quieres tener éxito en tus estudios lo ideal es que planifiques el tiempo que dedicarás a ello. Establece un horario y proponte cumplirlo.
No estropees ni dejes que otras personas te saquen de tus objetivos. Si consigues mantener el hábito de estudiar todos los días, obtendrás tu recompensa como por ej. Conseguir buenas notas en los exámenes.
Y que mayor satisfacción que una buena calificación tras un pequeño esfuerzo, sin duda, eso te dará motivos para seguir avanzando en el logro de tus metas e impulsará una actitud positiva en el estudio.
Planificar la sesión de estudio. Es esencial comenzar por planificar tu sesión de estudio. Elegir qué materia o materias vas a estudiar e intentar ponerte un tiempo límite para hacerlo. Una buena idea es realizar un listado con las tareas a realizar durante la sesión y ordenarlas según su prioridad. Conforme vayas adelantando en las tareas te sentirás más motivado y realizado.
3. Mantén tu Foco.
Es muy importante que concentres tu energía en función de la tarea que te has propuesto realizar. Si utilizas tu mente y atención, lograrás el objetivo. ¡Tú puedes mover montañas si así lo deseas! No mires hacia atrás y avanza hasta alcanzar tu meta.
4. Evitar las distracciones
Teléfono móvil, redes sociales, internet, televisión, etc. Todo esto son agentes distractores ¡que nos desvían de nuestra tarea y hacen que nuestra mente se disperse, haciendo mucho más difícil volver a concentrarnos en nuestra tarea.
Todas estas distracciones solamente consiguen hacernos perder mucho tiempo, ser menos eficaces y por lo tanto favorecen que desarrollemos un sentimiento de incompetencia y desmotivación.
5. Haz lo más difícil primero
Durante los primeros momentos de estudio es cuando tenemos más energía. Esta energía se irá consumiendo poco a poco conforme pasen las horas, por lo tanto es mucho más eficaz realizar aquellas actividades o estudiar aquellas materias que nos resulten más difíciles en estos momentos.
De lo contrario, si lo dejamos para el final es muy probable que no nos queden apenas fuerzas y percibamos esta tareas como mucho más complicada de lo que es.
6. Ten en cuenta tus limitaciones
Tú te conoces mejor que cualquier otra persona, de modo que sabes lo que puedes y lo que no puedes hacer; Por eso te aconsejamos analizar cuando es posible realizar las tareas por tu cuenta y cuando pedir ayuda.
Pedir ayuda o apoyarte en compañeros es válido y es un excelente método de concentración para estudiar más rápido, sobre todo si no puedes disfrutar de las materias prácticas, como matemáticas por ejemplo.
Y si entiendes muy poco del tema o no te agrada el profesor, no dudes en salir de tu zona de confort y tomar clases particulares. Pero, dejar de estudiar solo porque no entendemos el tema empeorará en gran medida la situación y te hará sentir desmotivado para seguir estudiando, así que no dudes en buscar asesoría.
7. Utiliza los recursos adecuados
Este es un punto importante que se debe considerar, ya que en ocasiones no se dispone de materiales o recursos eficientes que garanticen el éxito deseado. Por ejemplo: contar con medios tecnológicos como ordenadores con acceso a internet y fuentes bibliográficas donde puedas buscar información relacionada con el tema, te será de gran utilidad.
Igualmente puedes utilizar recursos físicos que mejoren tu capacidad de retención y comprensión como mapas mentales, conceptuales, resúmenes, notas, lluvia de ideas entre otros. Además de que son excelentes estrategias que pueden automotivarte para estudiar y mejorar el aprendizaje.
8. Haz cambios, si son necesarios
Algo que está claro en esta vida son los cambios, pero muchas veces por permanecer en “nuestra zona de confort” tememos de emprender en otras cosas. Si pasado un tiempo, descubres que la carrera que estás estudiando no te satisface, te sientes apático, no es lo que pensabas que era, o sientes poca vocación para ello, entonces ¡renuncia! Sí, suena duro pero luego entenderás que es la mejor decisión.
Estudiar algo que no te inspira no solo hará que pierdas tiempo y recursos económicos, sino que lamentablemente te llenará de frustración. Si este es tu caso, ármate de valor y encamínate en búsqueda de lo que te guste realmente.
Claro está, debes estar seguro de la decisión que tomarás; retirarte hoy para luego reiniciar mañana solo hablará de lo indeciso que eres. No te acostumbres a cambiar constantemente sin persistir en tus objetivos.
9. Descansar de vez en cuando
Es muy recomendable tomarse cierto tiempo de descanso antes de que la fatiga se apodere de nosotros. Si dejamos nuestra tarea cuando ya no podemos más nos será muy difícil retomarla y, seguramente, lo haremos desmotivados.
Lo ideal es tomar pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos el más mínimo síntoma de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y con más energía para volver a sentarnos a trabajar.
10. Aprende siempre
Estar abierto al aprendizaje te preparará para llevar el control sobre cualquier situación y te dará fuerza de voluntad para continuar. El conocimiento sobre cualquier tema te ayudará a manejar de forma segura “el timón del barco” de tu propia vida.
Adquirir nuevos conocimientos es una buena forma de automotivarse para estudiar, quizá en un par de letras consigas algo que cambie tu manera de ver las cosas.
11. Busca ayuda si es necesario
Conversa con expertos y asesores motivacionales que te proporcionarán herramientas para creer en ti, así como crecer y perfeccionarte en función de tus necesidades. No dudes en contactarnos. Te ayudaremos a encontrar motivos para lograr el éxito tanto personal como profesional.
12. Rodéate de gente exitosa
“Dime con quién andas y te diré quién eres”. Si te relacionas con personas que piensan y actúan positivamente, seguramente te contagiarás de ellos. Aprovecha sus consejos y su apoyo; que sus historias y sus esfuerzos sirvan para automotivarte a la hora de estudiar
13.Encuentra el contexto de estudio ideal
Cada persona rinde mejor en un contexto y horario determinado. Por lo tanto es necesario saber cuál es nuestro horario y entorno ideal para estudiar.
Por ejemplo, podemos estudiar con música si esta es apropiada, estudiar en un lugar dónde haya más gente como una biblioteca, o por en contrario estar totalmente solos y en silencio.
De la misma manera, es posible que durante las primeras horas de la mañana nos encontremos más despejados para trabajar bien o, por el contrario, la tarde sea nuestro momento ideal para concentrarnos mejor.
14. Prémiate por los logros alcanzados
Una vez acabada la sesión de trabajo o de estudio prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que los has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete alguna recompensa que te motive.
Para poder hacerlo de manera eficaz puedes seguir los siguientes pasos:
Ponte una meta y establece la recompensa de antemano. Así estarás motivado para conseguirla.
Para que la recompensa sea efectiva, ha de ser proporcionada al esfuerzo o dificultad de la tarea.
Si crees que no has rendido lo suficiente no te premies, sino no tendrá ningún efecto cuando lo hagas.
Las auto-afirmaciones también son pequeñas recompensas que podemos ir dándonos mientras estamos trabajando.
En conclusión.
Reflexiona acerca de que lo que te ha llevado a realizar dichos estudios o actividades, así como qué puedes conseguir una vez los termines. Todo esto potenciará tu motivación y te ayudará a encontrar una razón para continuar.
Una buena opción es dejarlo reflejado en algún lugar, un papel o una pizarra que te sirvan de motivación y puedan ayudarte a recordar para qué estás haciendo este esfuerzo.
Ahora bien, esperamos haberte motivado lo suficiente como para poner en práctica estos fabulosos consejos y recuerda que con metas claras, perseverancia, fe y dedicación se logra la excelencia. Así que ¡a estudiar se ha dicho!
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