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¿Qué emociones experimentamos en navidad?


La Navidad es un momento del año que suele ir acompañado de una gran carga emocional. La alegría, el amor, o sentimientos como la solidaridad, unión y esperanza son los más asociados a esta fecha; sin embargo, ¿son estos los únicos?, ¿es malo experimentar emociones como tristeza, ansiedad, vergüenza, frustración en estas fechas?


Desde que éramos pequeños nuestro entorno, familia, escuela, sociedad en general, ha marcado esta fecha como un momento mágico, de ilusión con los regalos, de unión con la familia, de paz y tranquilidad por los días libres, feriados o vacaciones, situaciones que sobre el papel son agradables y que, si las hemos vivido así, han ayudado a reforzar esta idea inicial de Navidad como una fecha divertida y esperada.


No obstante, esta época del año también puede ser para muchas personas un momento sumamente complicado. Y es que hay personas que pueden estar lidiando con la pérdida de un ser querido, no son aceptadas por su familia, tienen preocupaciones fuertes a nivel laboral o económico, o simplemente no están pasando por un buen momento. Para estas y muchas personas la Navidad puede ser un momento amargo, triste y de dolor.




La realidad nos demuestra que es completamente normal que podamos sentirnos tristes, frustrados, con miedo, al igual que alegres o emocionados, y que no existe una regla que nos diga que tenemos que estar felices en esta fecha.






Para cada uno de nosotros, la Navidad tiene un significado específico, acompañada de distintas emociones


Y es que, las emociones o el estado de ánimo que manifestemos en esta época, no sólo depende del ambiente en el que nos encontremos, sino también de nuestra situación actual, y los eventos que hayan ocurrido en fechas cercanas.


Navidad que vuelve/tradición del año/unos van alegres/otros van llorando.


En Venezuela es común escuchar en esta época una popular canción de la orquesta Billo´s Caracas Boys. Sencilla y pegajosa pero que resume las emociones navideñas propias de esta época, y nos habla de como puede ser la navidad para unos y para otros.






Navidad que vuelve

tradición del año

unos van alegres

otros van llorando.


Hay quien tiene todo, todo lo que quiere

Y sus Navidades siempre son alegres

Hay otros muy pobres que no tienen nada

Son los que prefieren que nunca llegara.


Esta canción navideña describe perfectamente la realidad de la navidad. Hay gente que lo tiene todo, hay gente que no tiene nada, y los que lo preferían nunca llegara.


Pero a pesar de las desigualdades, la tristeza y el dolor en este tiempo en el que se celebra el nacimiento de Jesús, la mayoría de las personas respiran un aire diferente y esperanzador.


Las emociones y los sentimientos dan color a nuestra experiencia.


Un espacio para sentir

Si no nos damos un espacio para sentir lo que realmente estamos sintiendo, si no nos permitimos ser nosotros mismos tan solo para “encajar”, lo único que vamos a hacer es prolongar nuestro sufrimiento, y no disfrutaremos nuestra vida y todo lo que esta nos ofrece.


Por ello, aprendamos a tomar esta fecha de Navidad como un espacio para poder estar en contacto con nosotros mismos, con nuestras emociones, con lo que es importante para nosotros.


Las sentimientos más comunes en esta fechas son:

  • Alegría e ilusión por el reencuentro con la familia, por los regalos, etc.

  • Tristeza por las ausencias, cuando algún familiar ya no puede estar con nosotros los niños y niñas también experimentan tristeza.

  • Las vacaciones y la Navidad suponen una ruptura con las rutinas de los niños y niñas, se acostumbran a hacer lo que quieren y cuando les ponemos límites se enfadan. El enfado suele contrastar con las emociones positivas e idílicas del momento.

  • Frustración, cuando no se cumplen sus expectativas. A veces, esperan muchos regalos y no tienen lo que quieren.

  • En navidades nos reunimos con otros familiares y aparecen otros pequeños de la familia, a veces los niños y niñas pueden sentir celos por la atención que reciben los otros, los diferentes regalos, etc.

  • Apatía, tristeza, y desanimo al finalizar las fiestas y tener que retomar la rutina diaria.

 


Para sentir todas estas emociones positivas y negativas lo mejor que podemos hacer es: Identificar cómo nos sentimos (felices, tristes, melancólicos, enojados, etc.) Debemos comprender e identificar nuestro estado de ánimo, encontrar el motivo que nos hace sentir. de esa manera. Y cuando esto se identifica, llega el momento de regular nuestras emociones, intentando adaptarnos a cada situación, sin que esto implique camuflar nuestro estado de ánimo.


Y a partir de ello y de cara a las fiestas que van a empezar podemos:


  • Respetar las emociones y sentimientos de cada persona. Estas son individuales y muchas veces, circunstanciales.

  • No emitir juicios, pues cada persona vive sus emociones y situaciones de acuerdo a sus valores y creencias.

  • Promover el ser auténticos y asertivos, expresando lo que pensamos y sentimos sin herir a los demás o descalificar sus opiniones, de esta forma se evitan conflictos y se promueve la unión familiar.

  • Relativizar, es decir, no darle a estos días más importancia de la que realmente tiene para cada persona.


También en este momento debemos darnos espacio para reflexionar, perdonar, aprender y seguir avanzando a pesar de la situación. Recuerda que la vida es un sube y baja de emociones.



Y recordemos siempre que todas las emociones son válidas y automáticas y no podemos desconectarnos de ellas.



Muchas veces solemos clasificar las emociones en positivas y negativas según contribuyan a nuestro bienestar o malestar, pero ninguna emoción es buena o mala por sí misma, todas son necesarias. Las emociones nos avisan y nos ayudan a reaccionar a los estímulos de nuestro alrededor y utilizar los recursos que tenemos a nuestro alcance.


El problema puede presentarse cuando las emociones que estamos sintiendo no corresponden con las que se esperan de nosotros, sobre todo en esta época del año.


Son muchos los puntos de vista desde los que podemos vivir estas fechas, y lo más importante es que todos son válidos. No debemos censurar ninguna de las emociones negativas ni obligarnos a expresar solo las positivas.


Es necesario que nos paremos a escucharnos y a entender por qué experimentamos cada emoción y nos permitamos sentirlas. No debemos presionarnos para sentirnos felices en Navidad, sino aceptar nuestro estado de ánimo y procurar adaptarnos a la situación siendo sinceros con lo que sentimos.


De esta manera, aunque sigamos experimentando emociones menos agradables de lo esperado, nos estaremos dando la oportunidad de sentirnos bien con ellas aceptando su presencia y tratando de afrontar cada situación del día a día en Navidad lo mejor que podamos.


Les recuerdo que la felicidad es un estado, y ser feliz es una decisión.



Si ser feliz es una decisión, entonces sólo depende de ti y de nadie más. Y si la felicidad es un estado. Sí, eso es lo que creemos. Entonces es un estado en el que estás o no estás, en base a una decisión previa de ser feliz.


Es un estado en el que experimentas una serie de "fenómenos positivos" en tu vida, donde el reto es hacer de ese estado una constante para ti. Y aunque la acción no siempre puede traer la felicidad; no hay felicidad sin acción. Asi que Visualicemos entonces que acciones podemos realizar para generar emociones navideñas positivas y que esas sustancias actúen en nuestro cerebro efectivamente:


Nuestro cerebro produce sustancias de la felicidad


1. Serotonina: Regula el estado de ánimo y se relaciona con la autoestima, la autoconfianza, aumentando cuando nos sentimos importantes.


Para acrecentar su producción podemos:

  • Disfruta de la naturaleza. También puedes tener plantas en tu hogar.

  • Recordar momentos importantes y felices.

  • Tener momentos de felicidad, de risas en familia y de juego navideño.

  • Disfrutar de un intercambio de regalos o la sorpresa de recibir lo que le pedimos al niño Jesús también será una buena oportunidad.


2. Dopamina: Encargada del placer, y se relaciona con el cumplimiento de metas y deseos.

Para estimularla es recomendable:

  • Dormir de 7 a 9 horas al día y descansar lo suficiente.

  • Celebrar logros diarios.

  • Puedes comenzar a adornar la casa, tu oficina, tu negocio. Ese cambio nos produce felicidad.

  • La decoración navideña aumentará la dopamina.


3. Oxitocina: Reduce el estrés y aumenta la lívido, y se relaciona con los lazos afectivos y emocionales que establecemos.

Es aconsejable:

  • Abrazar a tus seres queridos

  • Ser generoso

  • Tener pensamientos positivos

  • Acariciar a tu mascota


Expresar gratitud hacia las personas que te rodean y hacia aquellas que siempre están a tu lado. Crea tradiciones navideñas en torno a la conexión, como puede ser abrir regalos en familia en Nochebuena, compartiendo ilusiones y risas.


4. Endorfina: Reduce el dolor, el estrés y el miedo.

Aumenta su producción cuando:

  • Reímos con tus seres queridos

  • Bailamos y cantamos


Entendamos que la Navidad no es un momento para obligarnos a ser felices, sino, un momento para buscar el entendimiento, la calma, la conciencia y la flexibilidad para adaptarnos a nuestra situación actual.



Es normal experimentar contraste de emociones, ya sea por la nostalgia del pasado, la tristeza del presente, o la preocupación del futuro.


Es esencial que durante este momento del año, nos dediquemos un espacio para identificar cómo nos sentimos, reflexionar sobre ello y actuar al respecto, comprendiendo nuestras emociones, permitirnos sentirlas, vivirlas y manejarlas de forma saludable, es decir, darles el peso e importancia justa, sin exagerar o minimizar lo que nos está ocurriendo.


También es importante en esta época agradecer, por otro año más, por esa meta alcanzada, por ese respirar, por la salud, por escuchar, por ver una mañana radiante. Agradece por la oportunidad de rodearte de personas maravillosas, por aprender de los errores, por caer y levantarse, por todo lo bueno de la vida.

 

La forma en que interpretas tus emociones puede cambiar la forma como las vives. La forma en que reacciones frente a una emoción en concreto condicionará cómo ésta actúa en ti.


Saber gestionar nuestras emociones nos hace ser más conscientes de lo que sentimos, identificar los sentimientos, aceptarlos y moderar nuestra respuesta.


No tienes que esconder tus sentimientos, simplemente debes de asumirlos e interiorizarlos, y compartirlos si lo necesitas, o si sientes que lo requiere, buscar ayuda y apoyo.


Te desea una feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de ilusión, paz, alegría y felicidad, cargado de muchas emociones positivas.


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