Ser mujer es sinónimo de resiliencia, fortaleza y, sobre todo, confianza: confianza en nuestras propias destrezas y capacidades. En la mayoría de los ámbitos, ser mujer implica que debemos trabajar más para alcanzar las mismas metas que los hombres y ello es sólo una prueba tangible de nuestro gran potencial.
El 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer Trabajadora, aunque con el paso de los años ha pasado a conocerse, sencillamente, como el Día de la Mujer. Es un día conmemorativo en el que recordamos que hace no demasiado tiempo cosas como trabajar, tener una cuenta bancaria, votar o tomar cualquier decisión sobre nuestras vidas no era posible.
Pero estos y muchos otros obstáculos, nos ha hecho fuertes y nos ha permitido, en muchas ocasiones, transformar los problemas en oportunidades.
La mujer de hoy ya tiene más experiencias, y cada día más aprendizajes que ayudan a superar cada vez más obstáculos en el camino. En este punto, es importante resaltar que la mujer siempre ha sido resiliente y valiente, logrando alcanzar sus metas más exigentes.
Conmemorar el Día Internacional de la Mujer no deja de tener un matiz controversial. La deuda histórica con las mujeres es grande y, en muchos casos, es la sumisión, la resistencia y el sacrificio lo que les hace colarse en la memoria de la historia.
Marzo.
Simboliza un mes femenino, ya que contiene una día especial para todas las mujeres a nivel mundial, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fecha que dignifica, reivindica y especialmente recuerda con admiración y gratitud, a todas aquellas mujeres que lucharon, demandaron, exigieron y transformaron el mundo, arriesgando su propia vida por la lucha de la igualdad de género en todas las facetas: social, político, legal, económico, familiar, entre otros, en un pasado muy difícil y resistente al que vivimos hoy en día.
Las mujeres somos fuertes. Nuestra historia demuestra que somos capaces, no solo de adaptarnos a los cambios de la sociedad sino también de producirlos. Durante siglos hemos trabajo por una verdadera situación de igualdad de género, luchando por lo más evidente, como la libertad de expresión, el derecho al voto o la libertad sexual hasta por cuestiones más sutiles como la igualdad en el mercado laboral, la igualdad de trato a nivel cultural o el cuestionamiento de los estereotipos.
Características de las Mujeres Fuertes, Excepcionales y Resilientes
Está demostrado que tener una actitud positiva ante la vida es beneficioso para vivir mejor. A diferencia de lo que muchos ven como superficial al hablar de «Imagen Personal», la belleza es una actitud, si tú te ves bien, todos te verán bien. Y por eso cada vez prestamos más atención a nuestro interior, a estar a gusto con nosotras mismas, a cultivar nuestras pasiones, a perseguir nuestros sueños… En definitiva a tener una actitud positiva ante la vida. Y aquí entra la resiliencia.
Recordemos ¿qué es resiliencia? Es la capacidad de adaptarse, recuperarse y salir fortalecido de cualquier adversidad. Una capacidad que supone una oportunidad para superar los retos que se presentan en nuestro día a día y estar mejor preparada para lo que venga. Está estrechamente ligado a la fortaleza.
La persona resiliente tiene unas características que la identifican: Autoestima, empatía, autonomía, creatividad, voluntad, responsabilidad, optimismo, adaptación al cambio e introspección.
Se ha observado que, por regla general, las mujeres son más resilientes. Tal vez sea porque la mujer siempre tiene más poder de superación. También puede influir que al tener hijos sienta que es más necesaria y antepone eso a los pensamientos negativos mientras que los hombres son más impulsivos y dados a exponerse a situaciones de peligro.
No obstante ser mujer y ser fuerte no siempre es algo fácil de conseguir. Aún en muchos ámbitos tradicionales donde prima el machismo y esa creencia de que somos el «sexo débil» se confunde la fortaleza con otras cualidades. Si bien no se trata de crear una competencia de género ocurre que muchas veces las mujeres fuertes son malentendidas.
Las personas frecuentemente las leen incorrectamente, confunden su confianza en sí misma por altanería o soberbia, con que son muy masculinas o poco sensibles. Incluso con que son poco femeninas. Pero esto no es cierto, no es altanería, no es soberbia, es fortaleza, lo cual es absolutamente opuesto y es una virtud maravillosa de la cual siempre hay que sentirse orgullosa.
Ser mujer no es sólo tener la posibilidad de dar vida, sino la posibilidad de crear, construir, colaborar y aportar al desarrollo desde una trinchera cada vez más relevante.
El valor que la mujer tiene en la actualidad se lo ha ganado con base en su aspiración por no sólo quedarse con el rol de madres de familia y amas de casa que nos asignaban anteriormente, hoy la mujer no sólo se casa y forma una familia, sino que se enfoca en su crecimiento académico y laboral, está empoderada y reconoce sus capacidades para lograr ser lo que se proponga.
Mujeres de hoy
Detrás de cada mujer existe una historia que la convierte en guerrera.
A veces son vulnerables, y es está perfectamente bien:
Tiene una coraza sólida, pero también sabe cuando bajar la guardia. Ha aprendido a dejar entrar a sus vida a las personas correctas – después de haber dado cabida en el pasado a las incorrectas – Fuerte no significa dura ni fría. Ella es consciente de sí misma y se cuida bien, pero esto no significa que a veces no se pueda sentir vulnerable. Ella quiere que sepas que también siente dolor, al igual que todo el resto de las personas. Puede ser dificil pasar por la vida como una mujer fuerte, especialmente porque todo el mundo asume que siempre estás bien. La mujer fuerte es, claramente, fuerte, pero aunque parezca obvio, también es humana, da cabida a la pena y también a la tristeza.
Quiere encontrar el amor:
Seguro, una mujer fuerte se encuentra bien y feliz sin pareja, pero eso no significa que no quiere encontrar un compañero de vida para compartir sus experiencias. Tiene sus propias ambiciones y proyectos. Pero sí, ella quiere enamorarse. No se trata aquí de «la media naranja», ya que ya es una «naranja completa», pero por supuesto quiere compartir la vida con alguien especial y que la pueda contener cuando lo necesite y amar profundamente. Todas las mujeres necesitamos en nuestras vidas afecto y contención y si esto viene de la vida en pareja, genial!
Cada día es un nuevo aprendizaje:
La mujer fuerte es fuerte ya que la vida le ha enseñado mucho. A diferencia de otras personas, ella ha logrado aprender de los momentos difíciles de la vida y ha crecido debido a ellos. Es resiliente. Pero esto no significa que ya haya aprendido todo sobre la vida. Ella sigue creciendo día a día y la vida no deja de sorprenderla. Tiene la mente abierta a aprender cosas nuevas, a explorar nuevas disciplinas, cursos o temáticas y sobre todo a aprender de otros. De hecho, mucha de su fortaleza la consigue de las ganas de ser siempre una mejor versión de sí misma, de desafiarse.
No es fría ni distante, es cuidadosa y sabe con quién compartir sus cosas:
No es el tipo de mujer que cuenta todos sus problemas y emociones de inmediato, pero eso no significa que no esté en contacto con sus sentimientos y emociones. Lo que pasa es que ella ha aprendido a lo largo de la vida que hay que saber muy bien cuándo y con quién compartir lo que le pasa. Ella tiene muchos sentimientos, simplemente no le gusta ponerlos en exposición para todo el mundo y eso es algo que todas las mujeres debieran aprender. Sabe cuáles son sus amigos y los diferencia muy bien de sus conocidos. Para estos últimos parece una mujer muy reservada, no obstante para su círculo más cercano la consideran una mujer franca, sensible y honesta.
Son mujeres esforzadas:
Ella es fuerte, capaz y siempre persigue lo que quiere. Lo que los demás a veces no captan es que ella consigue lo que quiere porque se gana las cosas, nada ha sido regalado. Sus logros son lo que son porque ella le pone mucho esfuerzo a conseguirlos. Ella es del tipo de persona que tiene aspiraciones, sueños y metas, da lo mismo la edad o estadio de la vida.
De hecho muchas de ellas se han hecho fuertes porque también han vivido el fracaso y la incertidumbre cuando han perseguido sus sueños, pero han aprendido de estas experiencias y han convertido el dolor y la pena en energía y determinación para salir adelante.
Ella no es intimidante, es segura de sí misma.
No se le debería temer a esta mujer sólo porque sea determinada y se tenga confianza. No es una mujer pesada, de hecho no comparte en lo absoluto el pensamiento de que hay que pasar por encima de otros para llegar a la cima. Ella quiere que todas las personas alcancen el éxito que se merecen, que todos puedan brillar. Se tiene fe y sabe que tenerse fe a uno mismo es fundamental para alcanzar los propios sueños.
No es que ella haya nacido así, ella se hizo así.
La fortaleza interna no siempre llega de manera natural. Es algo que se cultiva y se trabaja a lo largo de la vida. Es algo que se va forjando de acuerdo a nuestras experiencias e historia personal, nuestra biografía. Una mujer fuerte quiere que sepas que su fuerza no es algo que le haya caído del cielo, es algo que ha forjado en el tiempo y a lo cual le ha dedicado muchos esfuerzos. Ella es una mujer fuerte porque se levanta cada mañana con ganas de ganarle al día, porque cada vez que se cae se vuelve a levantar más convencida y porque se para frente a la vida con actitud y con ganas de ser la mejor versión de sí misma a diario. Da cabida a la pena y el dolor, pero aún más a la gratitud y alegría.
Sigamos consiguiendo que el reconocimiento de hoy sea también el de mañana, y el de cada día.
Dedicado a todas las mujeres de ayer, de hoy y del mañana.
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